I+D, innovación y eficiencia de procesos productivos a través de nuevos sistemas de gestión como el Lean Manufacturing, vías para alcanzar estrategias más competitivas.
Recientemente se habla de la “agricultura de precisión”, aquella en la que, a través del análisis de datos, se puedan producir alimentos reduciendo coste. En este sentido, el sector agroalimentario, la logística de la cadena de suministros de alimentos y la seguridad y la sanidad alimentaria se convierten en uno de los 9 sectores clave en los que la Comisión Europea centra su “Estrategia Europea de Datos”.
Los avances tecnológicos, nuevos hábitos de consumo, la era del dato,... fortalecen los valores de economías basadas en el conocimiento, la información, el I+D+i y la formación continua. Una empresa ecológica, sostenible y con una gestión impecable, podrá emerger de la crisis con un plus de competitividad. La cuestión es, ¿cómo enfrentarse a las nuevas necesidades del mercado cuando hay que redefinir las reglas?
Análisis del entorno
Ante una realidad en constante cambio, exigente y competitiva, las empresas que peor lo pasarán a medio plazo – con mucho – son aquellas sin una estrategia definida.
Hoy en día, el gestor de una empresa alimentaria se enfrenta a retos muy similares que los de las otras industrias. Durante la pandemia sanitaria del COVID-19 el consumo en alimentación se ha disparado, pero poco a poco volverá a la “normalidad”. Es decir, a una disminución del consumo unido al incremento de la compra de artículos con marca de distribuidor en detrimento de los productos de marca propia.
Esto obliga a los líderes empresariales a tomar decisiones sobre la estrategia competitiva a seguir, teniendo que optar por la I+D y la innovación. El objetivo es poder ofrecer productos novedosos y diferenciados al mercado o apostar, con el fin de reducir los costes unitarios, por la fabricación de grandes cantidades de producto que se comercialicen, además de bajo su propia marca, bajo las marcas de distribuido, llegando en algunos casos a acuerdos con las grandes cadenas de distribución para fabricar de manera exclusiva sus productos.
Por otro lado, algunas compañías están optando por especializarse, atendiendo a determinados nichos del mercado con necesidades específicas. Un ejemplo de ello sería el caso de los alimentos dirigidos a grupos de consumidores con determinados problemas alimentarios como las intolerancias.
¿Problemas que implica? un cambio radical en la cultura empresarial, por ejemplo.
Sin embargo, esta no es la única complicación. La aplicación de las directrices que marca la Administración en cuanto a sistemas de calidad y seguridad alimentaria suponen un aumento en los costes de inversión. Para suplirlos será necesario un incremento en las ventas del producto lo cual, desgraciadamente, no ocurre de forma inmediata tras la implantación de los sistemas.
Por último, el alza del precio de algunas materias primas, la existencia de instalaciones obsoletas, de sistemas de producción y gestión anticuados, o el acceso restringido a los poderosos canales de distribución están suponiendo un hándicap adicional para la supervivencia de algunas empresas en la actual coyuntura del mercado.
¿Cómo ser eficiente en la gestión empresarial en la industria alimentaria?
Aunque parezca obvio, contar con buenos gestores a todos los niveles de la empresa es esencial y, por supuesto, dominar las características diferenciales de la industria alimentaria. El producto siempre tiene una importancia crítica, pero es que el producto alimentario tiene un componente técnico muy importante.
En este caso, se produce una disyuntiva. Los gestores se centran en números y rentabilidad, mientras que los técnicos en el producto y las mejoras de calidad y producción. Para mejorar esta situación es relevante que los gestores de la empresa tengan una formación integral que comprendiera todas las áreas que hemos mencionado.
Solo a través del conocimiento es posible puede aprovechar el outsourcing en áreas que no sean críticas para el desarrollo del negocio, lo cual ayudaría a aliviar el coste de la estructura. Solo a través del conocimiento es posible incrementar la eficiencia de los procesos productivos a través de nuevos sistemas de gestión como el Lean Manufacturing.
Conseguir acreditaciones internacionales como la BRC o el IFS con el objetivo de iniciar actividades de exportación en otros países puede ser otra opción de crecimiento.
Ante estos escenarios, la industria demanda profesionales altamente cualificados, con capacidad de adaptación a los cambios y que puedan tener un perfil multidisciplinar, enfocado a los grandes temas de hoy.
En CESIF llevamos 30 años formando con excelencia académica a los profesionales de este sector, con el Máster en Industria Alimentaria, del que acaba de comenzar la vigésimo cuarta edición en Madrid y Barcelona, y el Máster Online en Seguridad Alimentaria.
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Francisco Domingo Zaragozá
Director del Máster en Industria Alimentaria de CESIF.