La industria alimentaria está cambiando mucho en las últimas décadas. En todos los sectores, la transformación digital ha traído nuevas realidades y ha creado nuevos retos que aparecen ahora por primera vez. En alimentación, el auge creciente del consumidor cada vez más preocupado por la alimentación saludable ha generado la necesidad de proporcionarle información correcta y verídica que contrarreste la desinformación e información incorrecta e inexacta que se propaga a diario por la red.
Este tema ha sido el eje de la campaña del Día Internacional de la Alimentación, que se celebró en todo el mundo el pasado 16 de octubre. El lema de la campaña se centra no solo en el derecho a la alimentación, sino que esta vez también alude al derecho de que esa alimentación sea saludable: Una alimentación sana para un mundo #hambrecero.
La realidad innegable es que actualmente hay un gran interés público por la alimentación saludable; pero ¿qué es exactamente? ¿Los productos bio, eco y orgánicos son más saludables? ¿La carne de vacuno lo es menos, y por tanto hay que reducir su consumo? El consumidor de hoy en día está en contacto constante con informaciones erróneas que están influyendo en su comportamiento y toma de decisiones. Tanto es así, que por ejemplo el sector del vacuno de carne ha acusado un descenso del consumo en los últimos años, que en parte viene motivado por la creencia (cada vez más extendida en internet y redes sociales) de tratarse de un alimento cuyo consumo es recomendable reducir. Para contrarrestar esta información inexacta, están surgiendo iniciativas como la campaña en redes sociales de PROVACUNO, que, bajo el nombre Fans del vacuno, pretende informar al respecto, a través de una serie de documentales.
En el otro extremo, el auge de los productos con etiqueta eco / bio / orgánico son una importantísima tendencia en el sector (y en otros, como el cosmético). Estos productos son considerados por la opinión pública general como más saludables, cuando en realidad se trata de productos más sostenibles; es decir, su principal misión es la sostenibilidad, dar respuesta a la necesidad de un compromiso con el desarrollo sostenible en la industria alimentaria, no a la necesidad de productos más saludables.
Estas nuevas realidades y retos deben abordarse desde las primeras fases de desarrollo profesional de los trabajadores de esta industria; pues de ellos dependerá en buena medida la manera en que el sector asumirá estos desafíos de nuevo cuño, que cambian y crecen a mayor ritmo ahora, gracias a la posibilidad que ofrecen las nuevas tecnologías de acceder a una gran cantidad de información, sea cual sea la materia o la industria.
Y es que el nuevo consumidor (llamado desde hace años prosumidor) es proactivo, busca información porque pretende tomar sus decisiones de compra con conocimiento de causa en todos los sectores. El alimentario no es una excepción; más bien al contrario, por ser uno de los que más afectan a nuestra salud y calidad de vida.
En CESIF llevamos más de 29 años formando con la mayor excelencia académica a los profesionales de este sector, con el Máster en Industria Alimentaria, del que acaba de comenzar la vigésimo cuarta edición en Madrid (y próximamente en noviembre en Barcelona), así como con el Máster Online en Seguridad Alimentaria.
Antonio Limón | Director de Calidad de CESIF.
